MARIAN ESPINAL

[Pintor y coleccionista]

NOTA BIOGRÁFICA

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Espinal, als quinze anys, pintant «au plein air»

Marian Anton Espinal nació en Tarrasa el 30 de octubre de 1897. Al finalizar los estudios secundarios y con el propósito de formarse como directivo de una empresa de tintes que su padre tenía intención de fundar, cursa estudios de química en la Escuela Industrial de Barcelona. El mismo año, sin hacerlo saber a la familia, se inscribe en la escuela del pintor Francesc d'Assís Galí. Meses más tarde, abandona los estudios de química y comunica a sus padres que ha tomado la decisión de dedicarse exclusivamente a la pintura. Consciente del talento y la firme vocación de su primogénito, su padre, un próspero fabricante de la industria textil, acaba dando a regañadientes su beneplácito a fin de que el joven pintor pueda continuar su formación, tanto con Galí como en la Escola Superior dels Bells Oficis, donde llevará a cabo, entre otros, proyectos de tapicería y vidriería, dos de los cuales serán reproducidos en La Veu de Catalunya el 9 de abril de 1917 y el 26 de agosto de 1918.

A lo largo de estos años de formación, Espinal comparte amistad con Joan Miró, Lola Anglada, Enric C. Ricart, Lluís Mercadé y Josep Llorens Artigas, entre otros artistas. En 1917 expone individualmente por primera vez en las Galeries Dalmau, y al año siguiente entra a formar parte de la Agrupació Courbet, fundada, meses atrás, por Josep Llorens Artigas y Josep Francesc Ràfols. Este mismo año también expone, junto con el resto de miembros de la Agrupació Courbet, en el Salón de Primavera, en el Salón de Otoño y en el Círculo Artístico de Sant Lluc. El 11 de octubre de 1919 viaja a París para dar inicio a una estancia que durará tres años. Días más tarde de su llegada, abrumado por la grandiosidad de la capital de Francia, escribe a sus padres: «Nunca pensé encontrar algo tan extraordinario. Barcelona me aparece como una Barceloneta; y suerte tiene árboles que crecen bien y de su cielo azul. ¡Pobre Barcelona!».

El 7 de noviembre de 1919 Joan Miró escribe a Marian Espinal para hacerle saber que está «con tratos con unos señores que quieren organizarme una exposición mía en París para esta temporada».

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Ricart, Miró, Espinal, Mercadé, París, 1920

El 29 de febrero de 1920, haciendo realidad su sueño, Miró coge el tren hacia París. Al día siguiente, Espinal, junto a E. C. Ricart, que había llegado dos semanas antes, irán a recibirlo a la estación de Orsay, tal y como Espinal se había ofrecido a hacerlo en una postal que le había enviado a principios de octubre. Al recibirla, Miró había comentado a E.C. Ricart, en una carta, que esa postal «de Espinal es una reproducción del Musée Guimet; estupenda; una estatuilla de la diosa Fortuna (!). ¡Ya conviene que nos ampare!». Espinal había contado a su familia que Miró bajó del tren cargando, además de su equipaje, dos ensaimadas mallorquinas que la madre de Picasso le había dado para que las entregara a su hijo.

Ese mismo año Espinal participa tanto en la Exposición de Primavera, dentro del grupo Les Arts i els Artistes, como en la Exposición Oficial de Arte, instalada en el Palacio de las Máquinas de Barcelona. En 1921, durante los meses de junio y julio, muestra algunos de sus trabajos en una exposición colectiva en las Galeries Dalmau. Además de Marian Espinal, también participan Francesc Gimeno, Joaquim Sunyer, Manuel Humbert, Celso Lagar, Joan Miró, Josep Mompou y J.F. Ràfols.

En 1923 se instala de nuevo en Barcelona y contrae matrimonio con la pianista Maria Vancells, sobrina del pintor Joaquim Vancells y prima del también pintor Rafael Benet, quien en 1916 había presentado a la pareja durante una estancia veraniega en Mura. Durante los tres años siguientes Espinal se centra exclusivamente en su obra pictórica. En 1925 Santiago Marco, presidente entonces del FAD, impulsa y organiza la participación catalana en la Exposición Internacional de las Artes Decorativas y de Industrias Modernas que ese año se celebra en París. Junto con Rafael Benet, Marian Espinal expone sus pinturas en uno de los dos pabellones asignados al Foment de les Arts Decoratives, exactamente el que había diseñado el arquitecto Pascual Bueno y que se había instalado en la Explanada de los Inválidos.

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Les arts i els artistes (Espinal, últim a la dreta)

En agosto de ese mismo año y al hilo de las obras realizadas en París, J. F. Ràfols le dedica un largo artículo en Gaseta de les Arts. Asimismo, por esas mismas fechas, Espinal había aceptado un encargo de Francisco Salvans (primo de la madre del pintor y uno de los empresarios más importantes de Terrassa) para construir una casa de veraneo en un solar situado en las tierras de la masía La Barata, en Matadepera. Durante los cinco años siguientes, Espinal ejerció de arquitecto, proyectando integralmente una casa de estilo italianizante; de pintor, diseñando y ejecutando, con la ayuda del hijo de Ricard Opisso, un friso decorativo para el salón, y de asesor artístico de Salvans en cuanto a la elección de los muebles y obras de arte que pondrían el colofón al proyecto. La casa, a la que Espinal se refiere en algunas cartas a su esposa como el Dado Rosa, fue terminada en 1930, probablemente durante la primavera.

En 1927 Espinal expone individualmente en la Sala Parés. En la muestra, que fue un éxito de crítica y público, el pintor presentó una amplia selección de las pinturas y dibujos que había realizado en París y Cataluña durante los últimos años. Escasos meses después, cuando su carrera parecía encauzada, su padre muere repentinamente. Aquel hecho, junto a otras circunstancias adversas, obligará al pintor a ponerse al frente de la industria familiar y, en consecuencia, a reducir considerablemente su actividad artística. Hasta 1941, año en el que se despide como pintor exponiendo individualmente en la Librería Mediterránea, tan solo participa en un par de exposiciones colectivas, ambas organizadas en el marco del Salón de Les Arts i els Artistes.

En enero de 1941 y dentro de la serie En el taller de los artistas que publica la revista Destino, Joan Teixidor entrevista a Marian Espinal. Entre otras cosas, el pintor confiesa al periodista que «cuando llegué a París en el año 1918 todos los “ismos” estaban en su apogeo. Se pagaban alquileres de mil francos diarios para la exhibición de las peores sandeces y las más horribles monstruosidades. El esperpento artístico era el último exponente del gusto. Me acuerdo que lo único que me interesaba de aquellas exposiciones era la arquitectura de los edificios que las cobijaban, casi siempre admirable, y, quizá, las pomposas libreas de los criados».

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Espinal a l'estudi de Cerdanyola

En 1941 Marian Espinal adquiere la masía El Rectoret, situada en el término municipal de Cunit. Entusiasmado por la belleza mediterránea que entonces presentaba la comarca del Baix Penedès, el pintor, claramente inspirado por la obra de Palladio, transforma aquel caserón ruinoso del siglo XVII en una refinada villa neoclásica. Tras más de siete años de obras, la masía y su entorno de viñedos, huertas y bosques se convertirán en su refugio y en el santuario de sus ideales novecentistas.

En 1952 Espinal funda, junto a Francesc Preses, la Editorial Alma Mater. Entre otros proyectos, la nueva editorial creó, bajo la iniciativa del Dr. Marià Bassols de Climent, catedrático de latín de la Universidad de Barcelona, la Colección Hispánica de Autores Griegos y Latinos. En 1968 el proyecto pasó a manos del CSIC, institución que adquirió los fondos editoriales y continuó publicando nuevos títulos en la colección Alma Mater.

Gran amante del arte, Marian Espinal reunió a lo largo de su vida una notable colección de pintura y objetos artísticos. De esta colección, muy variada en contenidos, cabe destacar un conjunto de tablas y tallas góticas y románicas. Actualmente, la mayor parte de estas obras se conservan, entre otras colecciones, en las del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Marian Espinal murió en la masía El Rectoret el 15 de agosto de 1974.